Disfagia, qué es, sus signos y cómo tratarla para mantener una buena alimentación

El 12 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Disfagia, una enfermedad de la que no escuchamos hablar con frecuencia a diferencia de otras patologías, pero que en muchos casos impacta significativamente la calidad de vida de quien la padece.

Camilo Vargas, director de Carrera de Fonoaudiología de UDLA Sede Viña del Mar, explica que disfagia “es el término médico que agrupa a las dificultades que puede tener cualquier persona para tragar y transportar el alimento o líquido desde la boca al estómago”. Sus causas son variadas, pero destaca que en los recién nacidos y niños puede ocasionarse por daño neurológico, malformaciones y malos hábitos de alimentación. En adultos y personas mayores puede presentarse por enfermedades degenerativas, como el Parkinson o alguna demencia, por algún cáncer y por afecciones neurológicas agudas, como un accidente cerebrovascular.

El académico explica que al ser la deglución (tragar) un acto neurológico complejo, que requiere una buena respuesta sensitiva de los tejidos y una precisa coordinación de músculos de la boca, faringe y laringe, cualquier condición que afecte el estado general de estos tejidos y músculos podría predisponer a dificultades deglutorias. “Existen factores más específicos como la baja producción de saliva, una dentición deficiente e incluso una prótesis dental mal adaptada que podrían predisponer la aparición de problemas deglutorios”, comenta.

Los síntomas y signos suelen ser un indicio crucial para identificar esta condición. “La disfagia puede causar problemas para iniciar la deglución de comida o líquidos. Un síntoma obstructivo común es la tos previa o posterior a cada deglución, lo cual podría indicar que no se alcanzó una buena coordinación motora y parte del alimento se aproximó o incluso desvió por la vía respiratoria. La baja de peso asociada al rechazo de algunos alimentos puede ser un signo de problemas al momento de alimentarse. La sensación de que el alimento se ‘atasca’ luego de tragar también es un síntoma relevante”, detalla Camilo Vargas.

Diagnosticar la disfagia es fundamental para brindar atención y tratamiento adecuados. Los fonoaudiólogos juegan un papel crucial en este proceso, evaluando el desempeño de las estructuras involucradas y la deglución de diferentes consistencias con el fin de detectar signos que justifiquen su diagnóstico. A nivel médico, se pueden realizar exámenes objetivos que permiten visualizar cuál de las etapas de la deglución es la más alterada.

El tratamiento de la disfagia varía según la causa y la ubicación del problema. El director de Carrera de UDLA señala que cuando la dificultad de la alimentación está en las estructuras orales y faríngeas, son los fonoaudiólogos quienes realizan terapias específicas para mejorar el desempeño sensitivo y muscular de los tejidos y músculos afectados, y optimizar el proceso de masticación y deglución. También enseñan maniobras y técnicas que facilitan la alimentación de las personas con disfagia. Sin embargo, si el problema de alimentación está a nivel esofágico se requiere manejo médico.

La prevención también juega un rol vital en el abordaje de la disfagia. Los controles periódicos en centros de salud pueden detectar a tiempo problemas deglutorios, especialmente en personas mayores, quienes realizan varias adaptaciones en su forma de comer, las cuales son comunes y no significan un cambio patológico, pero a pesar de ello, si alguna enfermedad aguda afecta su salud general, su rendimiento deglutorio podría empeorar y causar alteraciones en la seguridad o eficiencia de la alimentación.

“El Día Mundial de la Disfagia nos invita a reflexionar sobre la importancia de conocer, comprender y abordar esta condición de manera integral. Es un llamado a la acción para promover la sensibilización, la detección temprana y el acceso a tratamientos adecuados que permitan a quienes padecen disfagia disfrutar de una vida más plena y saludable”, dice el académico.