Usuarias del Hospital Fricke elaboran cojines de apoyo terapéutico para cáncer de mama

Rellenar, coser, conversar y compartir dudas de salud fue la tónica del taller de cojines en el cual participaron 15 usuarias y sus acompañantes del hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, para elaborar cojines de terapia post quirúrgica del cáncer de mama.

Se trata de “Entrega tu Corazón”, iniciativa organizada por el voluntariado La Patrulla del Rey; la Unidad de Participación Social; la Unidad de Patología de Cabeza, Cuello y Mama del establecimiento, contó también con la intervención de kinesiólogas de Oncología Adultos, quienes abordaron las inquietudes de las pacientes en torno a las complicaciones post operatorias.

Como lo explica la matrona Paola Fernández, “el cojín ayuda principalmente a evitar las complicaciones post operadas en las pacientes de cáncer de mamá. En general las mastectomías parciales totales. Y también en las pacientes que se han sometido a la biopsia de ganglio centinela y a las disecciones axilares. Principalmente porque después de esta cirugía obviamente las pacientes quedan con una sensibilidad en el brazo. Pero a largo plazo el cojín nos ayuda a mejorar la movilidad del brazo”.

No obstante, coser y rellenar estas piezas, con forma de corazón, tiene un valor mayor. Encarnando a su personaje, la “doctora Gomita”, Tami Álvarez, del voluntariado La Patrulla del Rey, comparte que, si bien esta iniciativa nació entre sus amigos y familiares, “como estamos ya trabajando internamente hace un tiempo en el Hospital como voluntarios activos, entonces quisimos ampliar y que nuestro enfoque, que es el área pediátrica, pudiera cambiar una jornada para poder llevar este granito de arena y de alegría a las pacientes que son del área mamaria. Así que sí, se cumplió, pero en 100% el taller de que fuera más que un cojín, sino que ellas pudieran contar su experiencia, hacer las dudas pertinentes, preguntar todo lo necesario”.

Claudia Borges Leal, de profesión enfermera, participó como paciente de este taller y está muy feliz con su cojín señalando que “lo voy a ocupar porque cuando te hacen disección ganglionar, al principio cuesta un poco mover el brazo, es más pesado, entonces es cómodo. Que sigan haciendo estos talleres porque la verdad que sí les sirve a las personas que quizás nunca estuvieron en el área o estuvieron a diario con este asunto de un cáncer, que no es menor”.

“Es una instancia enriquecedora. Uno, porque nos permite interactuar con las pacientes de una forma distinta y también conocerlas desde un ámbito más humanizado, en donde podemos ver sus necesidades que van muchas veces más allá de los factores biomédicos de la enfermedad. Que hay una familia detrás, que es una enfermedad que afecta emocionalmente y un sinfín de cosas más. Y que con el simple hecho de crear instancias como esta, uno las apoya y le brinda una red distinta a la que le podría haber brindado desde la atención clínica como cotidiana”, finaliza Paola Fernández.