Minería Circular: Avances y Desafíos de la Ley REP en los insumos Mineros

Por: César Olmos Maturana, académico Ingeniería Civil en Minas de la UVMEn un mundo cada vez más consciente de la necesidad de un desarrollo sostenible, la minería circular emerge como un enfoque esencial para transformar una industria históricamente extractiva en una fuente de valor renovable.

En este contexto, la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) en Chile aparece como una herramienta legal prometedora, aunque con limitaciones importantes que deben ser abordadas.La minería circular propone reducir, reutilizar y reciclar los recursos involucrados en la cadena de producción minera.

Este enfoque busca no solo disminuir la generación de residuos, sino también reincorporar materiales a los ciclos productivos, maximizando su valor y minimizando su impacto ambiental.Los insumos clave en la minería, tal como neumáticos, aceites y lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y baterías, así como envases y embalajes de la infinidad de insumos de esta industria, la mayor del país, representan oportunidades significativas para implementar prácticas circulares.

Por ejemplo, la reutilización de neumáticos usados en proyectos de infraestructura o el reciclaje de aceites industriales son pasos en la dirección correcta. Sin embargo, esto requiere de una infraestructura robusta y una regulación adecuada.La Ley REP, promulgada en 2016 y entró en vigor el 2 de octubre de 2023.

Busca responsabilizar a los productores de ciertos productos prioritarios, asegurando que gestionen los residuos que generan durante y después de su vida útil.

En la minería, esta ley abarca una multiplicidad de insumos, estableciendo metas de recolección y valorización, pero no está en su alcance los residuos y subproductos del proceso productivo, por cuanto no son productos finales, sino materia prima para otras industrias.

Este marco legal ha impulsado avances importantes, tal como el desarrollo de sistemas de gestión para recolectar y reciclar neumáticos fuera de uso y la creación de iniciativas que promueven la reutilización de materiales dentro de la industria minera.

Una de las iniciativas más innovadoras en este ámbito es el uso de pirólisis para reciclar neumáticos, siendo uno de los insumos más relevantes; se estima que esta industria desecha alrededor de 12.000 toneladas de neumáticos anualmente.

Este proceso permite descomponer los neumáticos usados a altas temperaturas en ausencia de oxígeno, obteniendo productos como aceites, acero, gases y negro de humo, que pueden ser reutilizados en diferentes aplicaciones industriales.

Estas tecnologías no solo reducen el volumen de residuos, sino que también generan subproductos valiosos para la economía circular.

Otras normativas están enfocadas en promover la minería circular, por ejemplo, la Norma NCh163:2024, vigente desde agosto de 2024, regula el uso residuos masivos generados por la minería para que, tras un tratamiento adecuado, pueden ser reutilizados en la construcción en forma de áridos, reemplazando a la tradicional arena, gravilla y huevillo que todos conocemos.

La Ley 20.416, también conocida como Ley APL, promueve acuerdos de producción limpia (APL), que buscan mejorar la gestión de residuos y fomentar prácticas sostenibles en la industria minera, Incluyendo metas específicas para la reducción de residuos y la implementación de tecnologías limpias; también tenemos el proyecto de Ley de Economía Circular, actualmente en discusión en el Congreso, que busca establecer un marco regulatorio para promover la economía circular en diversos sectores, incluida la minería, que propone incentivos para la reutilización de materiales y la reducción de residuos.

Estas iniciativas reflejan un compromiso creciente con la sostenibilidad y la economía circular en la industria minera chilena.

La Ley REP es un paso importante, pero no es el único instrumento para avanzar hacia una minería verdaderamente circular; es fundamental expandir el marco legal y normativo, integrando los residuos mineros masivos en las estrategias de gestión.

Por otro lado, el desarrollo de incentivos económicos y la inversión en tecnologías de reciclaje son esenciales para que esta transformación sea viable y efectiva.

La minería circular no es solo un objetivo técnico, sino un compromiso ético con las generaciones futuras. Requiere de la colaboración activa entre el sector privado, las autoridades y la sociedad civil para transformar los desafíos en oportunidades.

En última instancia, avanzar hacia un modelo más circular no solo beneficiará al medio ambiente, sino que también promoverá la creación de empleos, tiende a una mayor rentabilidad social de la minería y fortalecerá la competitividad y resiliencia de la industria minera en un mundo que demanda prácticas cada vez más responsables y sostenibles.